ADIOS AL VERANO Y BIENVENIDO EL OTOÑO
El verano está a punto de finalizar y a lo largo de estos meses hemos disfrutado de la naturaleza y de las plantas en su esplendor: jardines llenos de colores, textura y movimiento que han reflejado las condiciones propias del clima de esta época, las altas temperaturas y la escasez de lluvias. Insectos que hacían de las suyas atraídos por los aromas y vivos colores de plantas y flores. En especial las abejas, responsables de la polinización del 80% de nuestras plantas y necesarias para mantener el equilibrio del ecosistema.
Bienvenido sea el Otoño y con él, el comienzo de ciertas podas, abono y siembra de plantas. Recordad, la importancia de la selección adecuada de las especies de plantas a sembrar, que resistan las condiciones del clima de la zona y áreas en cuestión o bien ya estén adaptadas a ellas y a las propias características del suelo.
Los suelos también se preparan y acondicionan para ser sembrados: con buena tierra, mantillo y estiércol para mejorar su estructura, proporcionar nutrientes y conseguir un mejor aprovechamiento de las aguas.
Evidentemente las plantas con flores tienen un especial interés y su colorido en tiempo de floración da un encanto mágico a los jardines. Pero también hay plantas que después de ese período tienen algo que decir, tienen su atractivo, mantienen sus esqueletos o desarrollan cabezas con semillas y el colorido de sus hojas da entrada a cualquier tipo de composición y paisajismo. Las gramíneas con sus vistosos colores visten áreas ajardinadas, los arbustos con sus diferentes texturas y árboles forman setos y pantallas que decoran y demarcan límites sin realmente serlos y en muchos casos definen el comienzo de una temporada.
Sembrar en esta época del año es ventajoso porque las plantas aprovechan el desarrollarse, les damos la posibilidad de arraigarse con las primeras lluvias, permitiendo un buen contacto con el sustrato, además de desarrollar sus sistema radicular.